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Un Tren al Sol ¿a metros de casa?

  • Writer: Cristian Daniel Ferrero
    Cristian Daniel Ferrero
  • Sep 9, 2020
  • 7 min read

Updated: Mar 29, 2021

¿Quién nos impuso que un metro va a ser exactamente lo conocido por un metro? ¿Por qué un metro no tiene 10 centímetros más? ¿son algo indiscutible las medidas? ¿y el tiempo?

Aun viajando, partiendo lejos de casa, dejando atrás amores de todo tipo, siento cercanas a personas que físicamente residen en la lejanía, lo mismo me sucede con ciertos lugares, recuerdos y sensaciones, se experimentan tan próximas como mis propias manos.

Este episodio no entenderá de tiempos ni distancias.


A esta altura me imagino que no es ninguna sorpresa para ti el saber que iremos a una zona extraña, retirada y sin personas, para eso tenemos que prepararnos. Juntos armaremos una mochila porque este viaje será largo y un tanto incómodo ¡comencemos a hacer la lista! si o si anteojos de sol, una buena gorra y mucha crema protectora o como frecuento usar (aún bajo criticas cargadas de buen gusto) una camisa mangas largas a cuadros. ¿anotado?

Esta aventura se ubicará a muchos kilómetros de distancia si vives en India, por ejemplo, 15.000 km te separan de este lugar.


Este terreno tendrá comportamientos extraños que debo ir contándote de a poco sino este relato no será creíble y parecerá ciencia ficción, por empezar debes saber que aquí durante el día los rayos de luz y calor no sólo provienen del sol también la tierra los dispersa, ellos no respetan ni entienden de direcciones ni gravedad.

El trayecto lo haremos en camioneta, estábamos avisados de raptos provocados por las fuerzas naturales aquí residentes, al dejar la cinta asfáltica (como bautizó a las rutas don Atahualpa) nos adentramos en un camino recto y prolongado de ripio custodiado por una vegetación milenaria sin mixtura que conserva cada uno de sus rasgos originarios: acacias, cactus, arbustos donde las espinas predominan sobre las hojas.

Comenzamos a gestar esas sensaciones enfrentadas, por un lado, el placer provocado por el saber que una andanza está comenzando y por el otro el hastío que provoca la intriga de adentraremos en un territorio un tanto hostil y que no frecuenta organizar reuniones con humanos. ¡Sigamos! ¿seguimos?

Cruzamos por un hermoso paraje, poco a poco va dejando de ser paraje para convertirse en desierto, un espectáculo de polvo danzante que busca cubrirlo todo, el ripio sede ante la arena, los arbustos rastreros se adueñan del paisaje y la aridez de la mano con la soledad nos ceden el paso y nos obsequian una pequeña y sagrada “torre de pizza” proponiendo sutilmente el no olvidar el traicionero suelo que pisaremos.

Como una hoja de papel dibujada donde el juego consiste en suprimir lo dibujado, el blanco omnipresente nos recibe dándonos a entender que hemos arribado. ¡Si, ya llegamos! pero tenemos la sensación de no haber llegado a un punto determinado sino a la mismísima inmensidad, el horizonte lejano sin un obstáculo interrumpiendo la visión nos da una sensación de inferioridad e insignificancia, silencios totalitaristas, fauna desconfiada, flora minimalista. No sólo frente al mar se obtiene un horizonte infinito y difuso en la lejanía, también sucede aquí en este campo de batalla donde la arena ha perdido territorio con la sal y esta lo ha cubierto todo, solo una aliada ha logrado sobrevivir temporalmente en esta aparente desvanecida naturaleza: el agua.


¡Sigamos armando la mochila! te pido también no vayas a olvidar una brújula y cualquier utensilio que te permita dilucidar donde está el piso.

Esta aventura se ubica a muchos kilómetros de distancia, por ejemplo, si vives en Sudáfrica 9.000 km te separan de este lugar.

¡Si! En este lugar suceden cosas muy extrañas, ¡te lo advertí! ¿Seguro quieres venir? tus ojos no serán capaces de distinguir entre el cielo y la tierra, aquí el reflejo y la realidad son semejantes. ¿alguna vez te has mirado frente a un espejo muy grande? Acá nos meteremos adentro y no sólo eso (primero): será quizás el más grande que hayas visto y no sólo eso (segundo): este espejo tiene vida propia, respira, se mueve contigo, cambia de color, y no sólo eso (tercero): hará que tus sentidos se sientan perdidos, como niños aprendiendo.

¿sorprendida? ¿asombrado? Y eso que aún no te he comentado las actividades a realizar mientras durante el día ¿aún te duelen las piernas de nuestro paseo por Río de Janeiro donde escalamos y caminamos hasta odiarme?

Tengo una noticia buena y una mala ¿la buena primero? vamos a quedarnos quietos esperando el atardecer ¡hay que protegerse! nos encontramos inmersos en un gigante reflector que irradia luz y calor desde cada punto y a toda dirección. A sentarse y esperar bajo la tan codiciada sombra hasta que la tarde madure.


Hora de la mala noticia ¡a caminar y movernos un poco! Seré muy sincero: la siguiente actividad a realizar te sonará un poco alocada, como viene siendo este relato, pero créeme, lo que aquí plasmaré es verosímil y dejaré pruebas que lo confirmarán.

La próxima andanza tomaría a una persona común y corriente aproximadamente unos seis mil años ida y vuelta, ¡sí! leíste bien (estoy escribiendo esto consciente y coherentemente) seis mil años de caminata vamos a realizar, aunque envejeceremos apenas 3 horas.

¿recordás el inicio de este relato? Aquí no sólo los sentidos se distorsionan también el espacio y el tiempo. ¿el desierto de la relatividad? ¿el salar de Albert Einstein?


!Basta de charla! tenemos 140 millones de kilómetros por delante. ¿A dónde iremos? ¿aún no lo sabes? Nuestros queridos quechuas-parlantes le llaman Inti. El sol.

La ruta hacia el sol será más fácil de lo que crees, perderse es prácticamente imposible:

El camino: una franja naranja liquida tímidamente ondulante donde el único peaje a abonar son los suspiros de la incredulidad, esas bocanadas profundas para recordar que estas vivo y presenciando algo único.

El medio de trasnporte: No necesitaremos cohetes espaciales ni viajar a la velocidad de la luz, nuestro vehículo serán nuestras piernas abrazadas por el agua hasta la rodilla.

El mapa a seguir: una moneda de oro brillante y su gemelo, incandescentes como únicos puntos fijos marcándonos el destino.

El crepúsculo controlaba el ingreso de este increíble espectáculo, nos encontrábamos caminando dentro de este inmenso salar de oro fundido, descalzos, en sentido oeste ciegos de sorpresa. Te dejo aquí imagenes del comienzo de esta caminata hacia el sol por si aún no me crees.

Por suerte para nosotros me acompañaban una fotógrafa y un fotógrafo fuera de series: Marina y Charly, si una imagen vale más que mil palabras las imágenes de ambos valen más que mil millónes de palabras ¿te parece? Si aún no estas de acuerdo, es solo cuestión de tiempo.


¡No olvidemos el armando la mochila! Agua, mucha agua será fundamental ya que aquí hallaremos solo agua muy muy muy salada.

Esta aventura se ubica a muchos kilómetros de distancia si vives en Europa, por ejemplo, 12.000 km te separan de este lugar.


Este sitio continúa jugando con nuestras creencias, sentidos, lógica, etc. Desde aquí hemos llegado al sol caminando, el entorno se volvió doradamente monocromático y te vuelves analfabeto tratando de describirlo.



Desde el inicio de la caminata divisábamos en el horizonte de nuestro camino una pequeña mancha negra que de a poco se iba expandiendo, luego de 50 minutos trayectoria al sol, el agua calma se ha convertido en una gran sábana amarilla como un filtro que no deja espacio sin cubrir, a esta altura estamos a mitad de camino, hemos transitado casi 1.500 años. La mancha negra toma forma de rampa ¿Qué hace en el medio de esta laguna solar una rampa? Un tren de trocha angosta ingresaba luego de recorrer varios kilómetros para retirar los bloques de sal extraídos. Nunca nadie nos avisó: podíamos llegar al sol en tren.



¡hora de volver! Espero hayas usado la brújula y ahora puedas llevarnos exactamente 180° en dirección contraria ya que de repente estamos inmersos en el centro de una infinita circunferencia donde todo lo que nos rodea no nos brinda alguna referencia para ubicarnos. ¿una pista? La oscuridad.

Los próximos 140 millones de kilómetros de regreso los hicimos apuntando al horizonte donde ya no había ni un vestigio de luz, solo el negro. Embebidos en un silencio que trataba de explicar lo sucedido y estaba sucediendo, sonrisas bajo sombras, pensamientos de dimensiones galácticas, miradas fugaces.

La noche degolló lo restante del astro rey y como necesitando permanecer extasiados de luz y calor armamos una fogata utilizando aquellos viejos durmientes que formaban parte de este proyecto de explotación salar.

Alguien decidió alejarse de la fogata, mirar hacia el cielo y darse cuenta que el espectáculo aún no acababa, lo que parecía un inerte salar apagándose resultó ser la bienvenida de un trompo celestial de rotación lenta, envolviéndonos con millones de estrellas, millones de estrellas alquimistas impregnadas con la intensidad de la luz diurna. El callar nos hacía prisioneros nuevamente, otro regalo inmenso de la madre tierra nos dejaba atónitos, sin palabras.

Escribo estas líneas convencido de que como la voz sobraba en aquella noche estrellada estas palabras también están de más ahora. Tuvimos la suerte de compartir este paranormal paisaje nocturno con Jonatan Mira, quien con sus conocimientos de cosmovisiones astronómicas nos hizo comprender que el cielo es igual para todos, pero cada pueblo a lo largo de la historia ha extraído diferentes creencias, fabulas, dioses, etc. muy conectadas y alimentadas por cada cultura.

Lo último que vas a necesitar poner en tu mochila es una regla que no opine de medidas, un reloj que no se percate del tiempo y lo que quede de curiosidad inocente e inmadura dispuesta a sorprenderse hasta de lo cabal.

Esta aventura se ubica a muchos kilómetros de distancia si vives en Córdoba -Argentina, por ejemplo, 150 km te separan de este lugar. ¿cerca, no?

Estamos rodeados de tiempos y espacios asombrosos, pero la rutina no nos lo deja ver o nos ha hecho creer que sólo en la lejanía germinan maravillas.

Y no es culpa de la rutina, sino nuestra.


Si tengo que desearte algo lindo para este viaje, es que nunca te acostumbres.

AGRADECERLES A ESTOS AMIGOS, COMPAÑEROS DE VIAJE Y VIDA.


Por las increíbles Fotografías: @MarRozengurtFotografia y @charliparrilla.

Por el compartir conocimientos de cosmovisiones y astronomía: @latinoimaginarios

Por la logística y creación de este plan: Francisco Heredia guía de montaña en Magma Expediciones (@magmaexpediciones @franheredia85)

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